El "boom" de la cerveza artesanal llegó para quedarse en Marisol

Clásicos, pero exigentes. Así puede definirse a los turistas al momento de elegir una comida y una bebida para almorzar o cenar en Marisol. Lo aseguraron los responsables de algunos restaurantes, confiterías y paradores del lugar. “Salvando las distancias, la gente que viene de las grandes ciudades pretende tener los mismos servicios, y el rubro gastronómico no
es la excepción”, aseguró al suplemento Bronceado de La Nueva Lisandro Vecchi, propietario de un resto bar ubicado en un lugar estratégico: a 300 metros de la playa y enfrente del único boliche bailable. “La mayoría no tiene gustos exóticos y piden lo típico. Por eso trabajamos según la demanda y no hacemos tragos especiales o propios de nuestro local”, admitió. En cuanto a las preferencias de los consumidores, destacó que el “boom” de la cerveza artesanal también llegó al único balneario del distrito de Coronel Dorrego. Pero la variedad industrial de la bebida, aseguró, no ha perdido adeptos. Dijo que el fernet también es muy elegido, pero también licuados y daikiris, preferentemente de frutilla, kiwi y limón. Y algunos se le animan al tequila. Por su parte, los platos predilectos por los veraneantes son la pizza (la variedad a la piedra gana terreno en el paladar de los comensalaes), y la milanesa con papas fritas y ensaladas. Radicado hace 7 años en Marisol, Vecchi consideró que la “movida nocturna” se hace fuerte los fines de semana, especialmente los sábados. En su resto bar, en la “previa del boliche”, el karaoke se ha convertido en la principal atracción. Personas de todas las edades se animan a cantar los temas de sus cantantes o grupos preferidos. Y para que nadie se quede sin leer las letras de los hits del verano, se instaló una pantalla gigante. Luego, reflexionó que Marisol es “un lugar que tiene todas las bondades naturales para disfrutar”, como el mar, las cascadas, el Río Quequén Salado y una ubicación geográfica privilegiada, porque está cerca de otros destinos turísticos de la región. También admitió que si bien se percibe una importante cantidad de gente, la temporada es “floja”, con poco consumo.