domingo, 26 de abril de 2015

El ocaso político del sex symbol de la 125

Eduardo Buzzi
POR CARLOS MADERA 

Entendemos desde este lugar al periodismo como el enfoque de una dimensión ideológica que supone la pesada carga de difusión de valores, creencias, posicionamientos, espejos de la sociedad, derivas y herencias políticas.

No concebimos la idea de una transparencia comunicativa sin amarras, tornasolada, liviana, sin sangre en las venas, ni dolores cuando cuadre. Pretendemos una construcción en el campo de las ideas y por lo tanto un escenario de contienda reconociendo el elemento combativo por el cambio social y la militancia de esas posturas.

A la noción que insiste en abordar lo real y entenderlo aun ante el fraccionamiento del suceder social nos sustraemos a la posibilidad que tapa y a la vez opera en la superficie de las cosas y los acontecimientos.

La postura política de este y de todos los programas, todos la tienen…, pasa cardinalmente por la elección de los temas a tratar, pero también en la profundidad, el estilo y la posición enunciativa.





No encontraran asepsia, ni mentida objetividad. Desde escuchar y difundir hay trayecto hacia compartir, pero no sería justo aún desde el disentimiento, no analizar ya que no se trata de unas opiniones más, sino que son vertidas en escenarios públicos, por personas públicas, algunas, las menos, elegidas por la voluntad popular y que es lo que realmente interesa a la hora de sopesar posiciones. Las entidades gremiales del sector agropecuario han dotado desde hace algunos años de dirigentes al arco político , con representación democrática ,aclaro, agudizándose en los últimos, especialmente en 2009 donde los mediáticos agrodiputados irrumpieron en las cámaras legislativas , pese a discursos anti políticos-democráticos con resultados conocidos, comunicando bajo sus fueros constitucionales todos sus pensamientos sobre como debiera ser una nación justa y equitativa que reconociera definitivamente su gran importancia como matriz productiva esencial. Las tribunas de encuentros técnicos y productivos han permitido a muchos argentinos , a otros no, acceder de la forma que todos queremos a puestos de representación política, que los obligan naturalmente no solo a representar a su sector, sin dejar la actividad gremial, si no ocuparse y decidir mediante su posición mediante el voto en las cámaras, de la mayoría de los aspectos que deciden a diario normas, leyes y situaciones, con rechazos o apoyos que marcan reglas para la convivencia social y económica no solo de los que viven de la tierra. Y acá se inicia el problema; es conocida la posición de estas entidades en relación con las del gobierno nacional, y que nunca ha sido distinta. Se contraponen posiciones básicas de su visión de la economía, de país, ideológicas fundamental y centralmente y por lógica no ha integrado personal del sector a sus filas, al menos de las notorias cúpulas dirigenciales. Marcada diferencia si recordamos el abordaje de la Carba en el gobierno bonaerense de Eduardo Duhalde, cuando 15 integrantes de la Confederación desembarcaron de una, en el Ministerio de Asuntos Agrarios con la presidencia de Eduardo Atabe. Por estos días, la propia historia demarca el derrotero maquillado y embustero de Eduardo Buzzi, el sex symbol de la 125 que estatutariamente impecable presidio la federación agraria argentina, durante 14 años. El tiempo pasa y la rueda sigue dando vueltas lentamente. Lástima que para unos muchos es tarde comprobar que este hombre estaba equivocado o dijo e hizo lo que no creía. Le fue bastante mal con el conjunto de la sociedad, aquella que parecía tener a su merced por 2008. Quienes hoy acceden a puestos ejecutivos o legislativos se someten a la voluntad popular toda, como debe ser en el conjunto, conjunto que alguien como Buzzi no tabulo debidamente con su estrella a todo fulgor. Mala fortuna para excepciones de buenos dirigentes que lo acompañaron y que supe tratar, que coincidieron con el mas marcado, sombrío y funesto cambio en el campo argentino, cual la expulsión de más de 100 mil productores genuinos del sistema, circunstancia planificada desde el ministerio de economía de la Nación, con la anuencia del hoy preocupadísimo Felipe Sola, aquella vez, desde la secretaria de agricultura. La ruralía nunca será igual, la ominosa transformación barrió con todas las autenticas economías y sus intérpretes verdaderos de distritos como el nuestro. La concentración apuntada reiteradamente una y otra vez como centro de todos los males no apareció como revelación divina, sino que fue fruto de políticas hiperdirigidas, a que el sector aportara producción y no problemas de sus actores, fiel a preceptos economicistas de la viabilidad teórica por sobre todo lo que tuviese que ver con personas. Nadie niega la importancia básica y trascendente de la producción agropecuaria distrital, por el contrario, el país todo dispone de ese pilar insustituible en su economía, pero en pocas manos. Hablo de la gordura de la cosa, en Coronel Dorrego, el panorama cambió, la incidencia no es, no puede ser la misma, por el solo hecho anunciado. La potencialidad de otros lados, como la renta agraria hacia la inversión en el valor agregado en origen del producido no se da en el nuestro partido, porque es nula. La explotación de esos negocios han tenido actores que no habitan Dorrego, con disímil resultado, pero en el innegable desapego de capitales de inversión vernáculos para edificar aun más el protagonismo individual,… no es pecado ni obligación por otra parte…, pero sí negando una incipiente industrialización o valor agregado que venga a suplir la otrora mano de obra agropecuaria que supimos tener en Dorrego mejores que el actual, al menos para la mayoría y que se sigue depositando en el debe, el problema, en sectores endógenos . Dorrego necesita de la inversión genuina de empresarios del auto venerado sector, como se puede comprobar en El Perdido; No creo ciegamente en la filantropía, eso me lleva a pensar que negocios son posibles, las culpas no las debemos importar, no siempre son de los demás. No revela que no existan factores que incidan, pero la justificación del más significativo cambio en el sector productivo por excelencia del partido en la década del 90, llevo a los menos a ver el futuro de otra manera; y los mas todavía esperan. Todos somos todos, nadie se salva, por lo propio. Cada uno hoy día, tiene una percepción personal de su propia cotidianidad, la cual resuelve como puede, con sus propias herramientas. Pero tendrá que ser problema de todos, y abandonar una perspectiva de comodidad por una determinada posición social, la idea es comunicar mediante la construcción de un puente entre viejos y anquilosados preceptos y la realidad social llena de significados y hechos simbólicos, nuevas subjetividades y demandas de las nuevas generaciones que son las que cuentan y reclaman, que el tiempo se va estirando demasiado que casi parece haberse detenido y emana una impresión en sordina con sonrisas forzadas.

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