Cada mes, la feria en Coronel Dorrego es un desafío, porque muchas vacas llegan a una plaza que tiene sus propios valores y fortalezas. Así, lo vimos primero en el consumo, con vaquillonas livianas marcando los nuevos valores, que llegaron a los 2.200 pesos e, inclusive, un frigorífico comprando 100 vaquillonas “de un palo” a la hora de bajar el martillo, con novillos, también livianos, buenos y con mucha vaca. Inicialmente, unas pocas gordas buenas; luego, mucha manufactura, que fue saliendo, con toros que acompañaron para dejar, como siempre, muy bien parado el mercado a la balanza y varias “ordenes” que llegaron para apoyar.
La invernada tuvo su propio vuelo, con los nuevos valores, pero sin grandes sobresaltos. Allí, como siempre, la participación bien federal de las compras para muchos feedlots que llegan de la mano de operadores de la firma porteña.
La hembra, con lindos lotes de vaquillonas para reposición y mucho destete temprano de invierno, para terminar con vacas que también dejaron sus valores.
Estos fueron los valores:
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