El impacto que produjo la decisión de la actriz Juana Repetto (foto) derivó en un aluvión de consultas de mujeres que planean la maternidad por fertilización asistida con semen anónimo. Las experiencias de una mujer que ya lo logró, otra que está en camino y una tercera que aún lo intenta.
En la edición de Página 12 de hoy, la periodista Mariana Carbajal dialogó con otras mujeres que quieren seguir los pasos de Juanita.
En los últimos días recibieron “un aluvión” de solicitudes de mujeres de todo el país que quieren sumarse a los grupos de Facebook que ellas administran de Madres Solteras por Elección. Además, el tema rebotó como nunca en medios y redes sociales.
“Hay que romper el tabú. Necesitamos que se hable, pero sin tantos prejuicios”, dice Silvina Agüero, psicóloga, 45 años. Hace cinco empezó su búsqueda: recurrió a un banco de semen y se sometió a tres tratamientos de fertilización asistida de baja complejidad y a uno de alta, pero todavía no logró quedar embarazada. “Es bueno sacar el tema a la luz. Hay muchas mujeres que están en igual situación y mienten o lo ocultan. Lástima las pavadas que se han dicho. Escuché a gente decir que somos egoístas, injustas, que no respetamos la naturaleza. Hay muchos mitos dando vueltas”, afirma Romina Bertoldi, de 33 años. Es docente, vive en la ciudad de Santa Fe y tiene una hija, Amparo, de 3 años, que nació por inseminación artificial. También ella recurrió a un banco de esperma. Romina quedó embarazada en el tercer intento. Acaba de crear un grupo de FB para MSPE de Santa Fe y ya tuvo eco. Está pensando en un hermanito para Amparo. “Lo que nos lleva a esta decisión es el deseo de ser mamá. Es un acto de amor. La mayoría soñamos con formar una familia tradicional, pero no se nos dio”, cuenta Leticia Falú, empleada administrativa, de 37 años, con un embarazo de seis meses con donante anónimo. “Lo que tengo bien claro es que a mi bebé le voy a decir la verdad, con total naturalidad y quiero que mi entorno lo maneje de la misma manera”, dice Leticia, que es hija del guitarrista y cantante Juan Falú.
En diálogo con Página/12, las tres mujeres abren su intimidad y cuentan sus experiencias, con la idea de derribar mitos y prejuicios. “Cuanto más se hable, vamos a lograr que la sociedad tome con más naturalidad a nuestras familias”, dice Romina. Le están muy agradecidas a Juanita Repetto, por el impacto que tuvo su decisión de contar en un programa de televisión el camino que eligió para ser madre. “Esto va a permitir que muchas chicas puedan salir del anonimato, se animen a consultar, se junten con otras chicas que viven lo mismo”, dice Silvina. Las tres administran la página abierta de FB Madres Solteras por Elección Argentina. La creó hace cinco años Silvina, buscando sacar el tema “del closet”. En la misma red hay tres grupos cerrados, ellas administran dos. El tercero, Madres Solteras por Elección Propia Argentina, lo creó Ana Silvina Ceballos, que coordina un taller de MSPE en la Asociación Civil Concebir.
El sueño
Si con las píldoras anticonceptivas las mujeres pudieron separar el deseo sexual del deseo de la maternidad, con las técnicas de fertilización asistida consiguieron separar la reproducción de la sexualidad: pueden tener un hijo sin tener sexo. Romina empezó a averiguar sobre el tema ocho años atrás, cuando tenía 25 años. “Siempre quise ser mamá. Era mi sueño. No se me dio armar una familia con marido. Me puse como plazo los 30 años. Si a esa edad no había encontrado al hombre indicado, iba a recurrir a la fertilización asistida con semen de donante. A los 29 años fui a un centro de fecundidad en Rosario. Y empecé a hacerme los estudios. Mucha gente cree que una va y queda embarazada. No es fácil el camino. Hay mucha frustración, a veces no se logran los embarazos”, señaló a Página/12. Su hija ya tiene 3 años. Y ahora empezó a hacerse estudios para buscar un segundo hijo o hija. Sigue sin pareja, dice. “Me dediqué a criar a mi hija”, afirmó. Es docente. Y en realidad, como suele ocurrir con mujeres que siguen sus pasos, nunca estuvo sola: la acompaña su familia, amigos. A la hora de elegir el donante, “no tenía mucha idea, no indagué demasiado. Pedí que fuera parecido a mí físicamente. Sé que ahora está la posibilidad de los programas de identidad abierta, que ofrecen algunos bancos. Pero en ese momento no pregunté”, contó. Por entonces, no había ley de cobertura de tratamientos de fertilización asistida, que recién se aprobó en 2013 y garantiza el acceso más allá de si una mujer tiene o no dinero para pagar los tratamientos, e independientemente de si tiene pareja, es lesbiana o heterosexual y si tiene un problema de infertilidad o no. Algunas prepagas u obras sociales ponen obstáculos. No siempre allanan el camino. Muchas mujeres terminan en la Superintendencia de Seguros de Salud con reclamos o con presentan recursos de amparos en la Justicia, para lograr que cumplan con la normativa.
Romina cuenta que su hija, cuando estaba por cumplir dos años, le hizo la pregunta que ella esperaba: “¿Dónde está mi papá?”. “Le dije que tenía mamá, abuelos, tíos. Pero que no tenía papá. Y nunca más preguntó. Si alguien le pregunta, ella contesta con naturalidad que no tiene y sigue jugando. Yo lo cuento a la vecina chusma o al taxista que hace algún comentario sobre el supuesto papá. Les cuento a todos con naturalidad cómo llegué al embarazo. Creo que es importante hablar del tema, romper el silencio”, dice.
–¿Qué miedos tenés? –le pregunta este diario.
–¿Miedos? Ninguno. Yo aspiro a que mi hija sea feliz.
La búsqueda
Silvina Agüero vive en Tigre y es psicóloga. Aclara que los primeros grupos de MSPE de Argentina los armaron dos mujeres, que tienen hijos que ya tienen 7 u 8 años, dentro de un foro español. “Ellas tenían más reserva. Yo las conocí en ese foro, pero quise salir un poco del closet, necesitaba tomar esto con más apertura, sin ocultamiento. Por eso primero creé la página de FB Mujeres Solteras por Elección Argentina y después armé un grupo. Queremos sacarlo del tabú. Somos una sociedad que ha avanzado mucho en ampliación de derechos, pero sigue siendo bastante conservadora. Seguramente en diez años, este tema se va a tomar con más naturalidad”, dice a este diario. Silvina estuvo viviendo algún tiempo en Filadelfia, Estados Unidos, y regresó al país en 2010. “Allá se vive con más naturalidad que acá. Vas a una clínica de fertilización asistida y hay grupos de apoyo para Single Mother by Choice”, cuenta. Tiene 45 años. Todavía no logró quedar embarazada. Hizo tres intentos con técnicas de bajas complejidad y otro, con fertilización in vitro.
En los distintos grupos de FB de MSPA de Argentina en los últimos días crecieron notablemente las solicitudes para incorporarse. El “efecto Juanita”, como lo llama Silvina, contribuyó a difundir el tema. “En dos días recibimos en un grupo casi cincuenta solicitudes de todo el país, es un montón”, agregó. “Esos espacios –explicó– sirven para allanar el camino a otras mujeres, intercambiamos información sobre los bancos de semen, cómo es el proceso, qué análisis hay que hacerse para ir avanzando”. En los foros participan mujeres que recién están investigando el tema y no saben por dónde empezar, otras que ya probaron tres o cuatro veces sin lograrlo, las que se embarazaron y perdieron el embarazo, las que lograron tener un hijo o una hija y las que van por el segundo embarazo. Muchas reciben allí el apoyo y la contención que tal vez no encuentran en su entorno familiar.
Silvina se agarra la cabeza por “los comentarios” que escuchó en los medios en los últimos días. “Se habla mucho de que somos mujeres que postergamos la maternidad. En realidad, no es tan así. No decidimos buscar un embarazo más adelante por nuestra carrera. Más bien no se nos dio esa posibilidad. Porque nos separamos sin llegar a tener un hijo, porque no pudimos formar esa pareja que soñábamos, por distintas circunstancias. En nuestros esquemas tenemos la familia tradicional. Alguna gente nos increpa porque vamos a traer un hijo al mundo sin un padre y nos plantea, por qué no adoptamos, como si fuera fácil... si ya es difícil para una pareja heterosexual, más lo es para una mujer soltera. Además, una sueña con un bebé en la panza. Qué tiene de malo querer quedar embarazada”, dice Silvina. A pesar de los fracasos, no abandonó su deseo de ser madre. “En el fondo de mi corazón pienso que voy a terminar adoptando a un chico adolescente”, dice.
La espera
Leticia Falú tiene 37 años. “Tomé la decisión en marzo del año pasado. Empecé a averiguar sobre el tratamiento, a hacerme los estudios y quedé embarazada en el tercer intento, en agosto”, cuenta. Es empleada administrativa en un organismo del Estado.
–¿Qué te decidió?
–Estaba sola y quería ser mamá. El reloj biológico ya estaba sonando. Tuve parejas ocasionales, pero nunca se dio formar una familia. No quise esperar más para cumplir mi sueño.
–¿Cómo lo tomó tu familia?
–Al principio fue una sorpresa para ellos. Pero enseguida me apoyaron. Parece que es algo nuevo, pero somos muchas, muchas y cada vez somos más madres solas por elección. Conozco a unas cien a través del grupo de FB con las que nos juntamos en bares, en casas, para acompañarnos. Nos vamos apoyando.
Dice que le indignaron “muchas barbaridades” que escuchó en programas de televisión, tras la repercusión que tuvo la noticia de Juanita Repetto. “Entiendo que haya personas a las que les cueste procesar estas nuevas familias. La figura paterna siempre nuestros hijos la van a encontrar en otra persona, un tío, un abuelo, un amigo. Ya de por sí, hay mujeres que crían solas a sus hijos, por distintas razones. Lo importante es que el chico esté rodeado de mucho amor”, señala Leticia.
Tiene dos sobrinas, de 7 y 4 años. “Están chochas porque van a tener un primo. La mayor me dijo el otro día: “La primera palabra que va a decir es mamá, porque papá no tiene”. Lo dijo con total naturalidad. Los prejuicios los tienen los adultos”, agregó Leticia.
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