Cuando los tres hijos de María Irazuzta ya habían dejado el “nido vacío”, vio en televisión algo que llamó su atención. Una iniciativa en Canadá: mujeres que donaban tiempo de abrazos para aupar bebés de mamás heroinómanas. Supo que era lo que quería hacer con su tiempo: darlo en forma de abrazos a bebés diminutos. Y supo también que podía hacerlo en su lugar, Córdoba. Hoy lleva seis años como abrazadora e integra un grupo de 50 voluntarias que se capacitaron para estar con los pacientes más pequeños de la maternidad provincial, las y los bebés prematuros.
“Las sensaciones son muchas, hermosas. Uno va dispuesto a dar tiempo a esos bebés que están aislados de sus familias, de su mamá, intervenidos, en una situación de estrés que les produce la incubadora. Uno va a dar pero se lleva un motón. Es muy gratificante”, describe la mujer, de 60 años.
Ana María Rognone es jefa de Cuidados Intermedios de la Maternidad y coordinadora de las abrazadoras. El espacio se creó dentro del programa de maternidades seguras que se aplica en todo el país. “El bebé necesita el contacto sobre todo de la madre. Piel a piel, su olor, para disminuir el estrés del tiempo en incubadora. Pero las madres viven lejos, tienen otros chicos. Así nace la idea de capacitar a voluntarias para poder entrar a la neo y cubrir esa carencia de los bebés, con autorización de las familias”, cuenta.
Bebés abrazados
En Argentina los bebés abrazados no son de mamás heroinómanas, pero sí muchas veces padecen adicción a la cocaína. O sufren otras formas de vulnerabilidad. “La situación económica es una de las principales. Hay barrios alejados con un colectivo de más de 1000 pesos para llegar y, aunque el hospital ayude, esas madres con dos-tres chicos en casa, un trabajo y un bebé dos meses internado, les cuesta”, relata.
El consumo de sustancias complica las cosas. Junto al costo de los viajes son los dos factores fundamentales que frena estar con el bebé: «es exponencial la forma en que aumentó y se ha naturalizado”.
Mientras trabajan en la elaboración de datos cuantitativos sobre el impacto de las abrazadoras, notan a diario su efecto. “Son bebés que se van de alta antes, ganan mejor peso, tienen menos infecciones, contrario a lo que se creía antes de que tenían que estar sin gente. Enfermeras y médicos nos piden más voluntarias porque ven mejor a los bebés”, remarca Rognone. Y anhela que la experiencia local, apoyada por el Ministerio de Salud provincial, se replique y se convierta en una estrategia más masiva.
Las familias y los prematuros
El nacimiento prematuro impacta emocionalmente en toda la familia de una forma muy intensa. «Produce un shock por lo inesperado de la situación, el duelo de las fantasías y expectativas de un parto natural, un hijo de término, el alta junto con la madre; y una gran ansiedad por la incertidumbre de lo que puede suceder como riesgo de vida, de secuelas y una prolongada internación”, describe Graciela Corral, jefa de Neonatología del Hospital de Clínicas de la UBA.
Entonces, es habitual que los padres reaccionen con diferentes conductas, como mecanismos de defensa, que van a impactar en el vínculo asistencial y en la relación con el equipo de salud: «es muy importante tener presente esto para el acompañamiento a la familia, principalmente a la madre. Las madres de prematuros tienen muchos sentimientos de culpa con riesgo de deprimirse y repercutir negativamente en el vínculo con su hijo”.
En medio del shock, esas familias deben aprender a responder a los cuidados habituales y especiales que necesita el bebé nacido pre-término. “El entrenamiento consiste en: curso de reanimación cardiopulmonar infantil, forma segura de transportar a su bebé en un vehículo, técnicas básicas de cuidado, manejo de medicamentos o equipo médico que vaya a necesitar en casa”, enumera Corral.
Por todo esto, el alta hospitalaria y la llegada a casa representan un momento intenso y complejo. Justamente constituyen el eje de la Semana de la Prematurez 2024, una iniciativa internacional que en la Argentina es impulsada por UNICEF y el Ministerio de Salud para promover y proteger el cumplimiento de los derechos de estos bebés. Este año es del 11 al 17 de noviembre. ¿El lema? “Juntos en cada paso: del hospital al hogar». (Tiempo Argentino).
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