jueves, 14 de noviembre de 2024

Entrañablemente, Carlos Funes Deriuel: Escribe Fabián Enzo Barda

 


•       Se cumplen hoy 31 años del fallecimiento del “Padre de la Historia de los Dorreguenses”

       Este 2024, es el año en que se cumplen las “Bodas de Oro” de la publicación del libro “Historia del Partido y localidad de Coronel Dorrego en el siglo XIX (1830-1930)

       La labor del Dr. Funes para el rescate del pasado de un distrito surgido a en la última parte del siglo XIX es indispensable, insustituible e inigualable. 

 

Este 14 de noviembre se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento del Dr. Carlos Funes Derieul. El afán de la vieja manía argentina, originada en los tiempos de construcciones nacionales en la búsqueda de hitos y excelencias sociales, vendría a ser el “Padre de la Historia de los Dorreguenses”. Más allá de la búsqueda de asociaciones interpretativas, el valor del Dr. Funes para el rescate del pasado de un distrito surgido a en la última parte del siglo XIX es indispensable, insustituible e inigualable.

En este 2024, se cumplen 31 años de su fallecimiento. También este 2024 reconoce una fecha significativa en las efemérides de la vida del historiador ya que el 9 de abril de 1974 presentó su libro “Historia del Partido y localidad de Coronel Dorrego en el siglo XIX (1830-1930).  Es decir, que la única historia integral editada sobre el paso de los dorreguenses en el tiempo cumplió su “Bodas de Oro”. Hoy es prácticamente un incunable. Jamás fue reeditado. La familia Funes, solidaria y colaboradora como pocas, se fue desprendiendo de los ejemplares que poseía.

 

¿Funes en el libre mercado?

 

Vaya sorpresa porque el libre mercado se metió con el patrimonio histórico. Corrían los días de la Pandemia, quien esto escribe, recibe el mensaje de un amigo preguntando como podía hacerse de un ejemplar de la historia de Dorrego. Respuesta lógica: “no se editó más que una vez”, “El Gordo, lo regalaba como caramelos o sus propios habanos”, “yo tengo el mío dedicado a mi Padre, no se lo presto ni a mi hermana ni a mis hijos”, “una pena que ningún gobierno lo haya reeditado”, etc., etc. Es decir, todas las razones / escusas para explicar, si explicación tiene, tanto despropósito e injusticia.

La cosa no terminó ahí. Ni lerdo, ni perezoso y ducho con las redes, mi amigo, a las horas me escribe y envía una captura de pantalla. Había comprado, previo paso por el portal de un tal Galperín, un ejemplar del libro de Funes. La sorpresa fue total y, en cierto sentido, indignante porque era un libro dedicado.  El consuelo es que ahora está en buenas manos, las de alguien que ama la historia del pueblo en que nació.

No hay dudas en que, en todos los órdenes de la vida, en materia de recursos económico- financieros, hay inversiones y gastos. También en el plano de la esfera pública, aunque la cuantificación, sobre todo, de los beneficios resulta más compleja en este ámbito entrando en juego el matiz o la profundidad que las ideas que sustenta un gobierno le impriman a sus políticas sembrando para el futuro o buscando un inmediato “rédito” bajo un fin utilitarista.

Si uno analiza las circunstancias actuales del pueblo al cual el historiador le dio una historia, podemos concluir que se cuenta con el suficiente capital humano para darle continuidad a la obra de Funes incluyendo a Profesores de Historia e Historiadores que viven en el partido de Coronel Dorrego, la carrera de Historia que está culminando en el ISFD Nº 62 y los periodistas y comunicadores de la pequeñas y grandes cosas, sería, este, el momento de analizar posibilidades, barajar alternativas y elaborar proyectos sobre la Historia local, no solo por las bodas de oro de un libro fundamental si no por los 137 años de vida jurídico institucional que lleva el distrito que recuerda al mártir de Navarro.

También para las generaciones más recientes la figura de Funes resulta lejana, más allá que en las postrimerías del siglo XX, el Honorable Concejo Deliberante aprobó la Ordenanza que nomina con el nombre de Dr. Carlos Funes Derieul al Museo de la ciudad de Dorrego.

Ese entrañable santafesino que hizo alumbrar una Historia lugareña llegó al distrito en la segunda mitad de la década de 1950.

 

Funes en Dorrego

 

Corrían los últimos días del frondizismo gobernante en el país y los meses finales del intendente “ucrista” Raúl Loydi cuando se radicó definitivamente en Coronel Dorrego el doctor Carlos César Funes Derieul, considerado como el “padre de la historia de los dorreguenses”.

Nacido en Santa Fe de la Vera Cruz el 23 de mayo de 1931, residió en esa capital provincial durante todos los años de su formación académica. En 1956, se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral.

Tal vez siguiendo aquel principio de Ortega y Gasset de que “la patria es el lugar donde nacen los hijos”, es que el gran “Gordo” Funes nunca fue un santafesino en Dorrego sino, vaya paradoja, contradicción o “falso dato histórico”, un dorreguero nacido en Santa Fe. Casado con Carmen Elena Dolores Casal, hija del recordado médico Carlos Casal Varela, tuvo dos hijas, María de los Dolores y María de las Mercedes.

La pasión por la historia pudo más que su formación en derecho. Por el desinterés demostrado por lo material, por la enorme vocación demostrada en todas las investigaciones que encabezó, y por los cientos de artículos que publicó en la prensa regional y nacional, así como en la casi decena de libros que editó, podemos afirmar que era un historiador que vivía de abogado.

En materia jurídica tenía una sólida formación. Era un  buen abogado que terminó atrapado por “las telarañas de la Historia”. Nacido en el litoral argentino, en la provincia en que la prédica de ese gran tribuno de la República que fue Lisandro de La Torre no escapó en sus años mozos en adherir a los principios del fundador de la Liga del Sur devenida luego en Partido Demócrata Progresista.

 

Funes historiador

 

Sus primeros trabajos de investigación histórica de temas locales y regionales lo llevaron a especializarse en temas cartográficos, sobre todo cartografía antigua, pero la amplísima obra y los más de 90 tomos de documentación de su archivo personal reflejan la intensidad de sus investigaciones, que abarcan los más variados temas, desde los políticos, económicos, sociales y deportivos hasta la vida cotidiana de los dorreguenses.

El reconocimiento le llegó desde los más variados ámbitos. Fue miembro de la Junta de Estudios Históricos de Tandil (1975), de la Academia de Estudios Históricos de Dolores (1979), del Museo Histórico de Bahía Blanca (1981), de la Junta de Estudios Históricos de la provincia de Buenos Aires (1983), de la Sociedad Argentina de Historiadores (1986), de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe (1987). En 1984, recibió el Premio Reafirmación Histórica, otorgado por la municipalidad de Bahía Blanca.

Activo participante en los congresos de historia de los pueblos de la provincia de Buenos Aires (la mayoría como expositor), recibió un galardón que lo pinta de cuerpo entero: desde el año 1972 hasta su fallecimiento fue director ad honorem del Museo Regional de Coronel Dorrego. Doce años le llevó, desde su llegada a este costado de la pampa, publicar la obra más importante de la historia dorreguense. En 1974, vio la luz Historia del partido y localidad de Coronel Dorrego en el siglo XIX,1832-1900, un libro de 356 páginas en el que se compendia exhaustivamente los orígenes del pago de Dorrego y su historia hasta entrado el siglo XX”.

Luego de esa obra fundamental vinieron el “Atlas cartográfico de los primeros pedidos de la tierra pública, realenga y enfitéuticas en el hoy partido de Chascomús” (1979); “Nómina de los primeros vecinos y comerciantes establecidos en el siglo XIX” (en Coronel Pringles); “Estudio de los primeros pedidos de Tierra Pública en Coronel Pringles” (1980); “Pulperías de Bahía Blanca”; “Los primeros pedidos de solares en el cantón de Bahía Blanca”; “El sistema policial de Bahía Blanca” 1834 – 1884; “Las propiedades de los Caronti” (1984); “Documentos sobre Bahía Blanca”; “Los primeros pedidos de Tierra Pública en Monte Hermoso” (1986), entre otros.

Sin dudas, el valor de Funes fue que metió la mano en la tierra y extrajo la historia, ya que hasta ese momento no había ninguna historia o reseña publicada. A partir de él, el pasado de los dorregueros comenzó a tomar visibilidad y trabajó en ello hasta el fin de sus días.

Funes no escatimaba ningún esfuerzo, desde los económicos hasta los personales. Una anécdota puede ilustrar su pasión: el doctor Fernando Barba, director del Archivo de la Provincia de Buenos Aires durante décadas, contó alguna vez que lo veían llegar los viernes por la tarde con su maletín, su pipa, sus habanos, algún chorizo seco, pan y queso casero; cerraban el lugar y Funes quedaba en su interior. El lunes, cuando se procedía de la apertura para empezar otra semana, el “Gordo” se subía a su Chevy azul para volver a su casa.

 

Funes, el legado

 

Dorrego no debe olvidar a Funes y no se puede permitir olvidarlo. En abril de 1998, víspera de una nueva celebración del aniversario de la ciudad, el Concejo Deliberante local aprobó la Ordenanza N° 1.618 por la cual se designa con el nombre de Doctor Carlos Funes Derieul al Museo Regional de Coronel Dorrego.

El Departamento Deliberativo consideraba que “los valiosos e inéditos trabajos de investigación que promovió nos posibilitaron conocer y ahondar en la historiografía lugareña y del distrito”. Remarcaban que la obra de Funes “contribuyó a rescatar nuestras raíces, potenciar nuestra identidad y revalorizar los archivos que constituyen la memoria de los pueblos”.

Hincha de Colón en Santa Fe y de Ferroviario en Dorrego, llegó a presidir a esta institución local. Durante su gestión se realizó una de las grandes modificaciones que experimentó el escenario “aurinegro” a lo largo de su historia.  Se cambió la orientación de los arcos (adquiriendo la actual) y se construyó una pista de atletismo y cajones para salto en largo y en alto, por lo que Ferroviario fue durante varias décadas el lugar donde los alumnos de las escuelas secundarias de la ciudad tenían sus clases de Educación Física.

Integró otras instituciones locales como el Tiro Federal y el Rotary Club que, como consecuencia de la Guerra de Malvinas, pasó a denominarse “Club de Amistad y Servicio”. Fue el alma máter, motor y referente de los festejos, en 1987, del centenario de la creación del Partido de Coronel Dorrego, una celebración amasada durante meses que se constituyó en una de las más importantes celebraciones populares, tal vez la más convocante y participativa que tuvo el distrito en sus 137 años.

El destino no le permitió ver publicada su última obra, ya que Carlos Funes murió el 14 de noviembre de 1993. En abril de 2003, se presentó en Dorrego y en Bahía Blanca su trabajo póstumo, escrito junto a Rodolfo Casamiquela y José P. Thill, denominado “Provincia de Buenos Aires–Grafías y Etimologías de los Topónimos Indígenas”.

La pipa y el habano como sello indiscutible de una figura que trasciende los límites de ser “el historiador del puebl”, referencia ineludible de una pasión puesta al servicio de su comunidad.


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